Desde Barriletes adherimos fervientemente a la ola de reclamos por mayor seguridad que recorre nuestro país y, para no ser menos, aportamos también nuestra anécdota que puede ser la de ... ¿cualquiera?:

Sábado 21 de marzo, zona de Puerto Nuevo en Paraná, alrededor de las nueve de la noche. Siete u ocho gurises integrantes del Circo y la Barritucada de Barriletes esperan ser atendidos en un kiosco de la zona.
Llevan sus caras pintadas pues, en minutos, actuarían como apertura de Música por la Identidad.
Después de hacerles “la pasadita” , dos policías se detienen junto a ellos, los obligan violentamente a ponerse de cara a la pared y los revisan con la única explicación de que ellos no querían problemas en su zona.
Las tradicionales patadas en tobillos y piernas junto a discretos pero efectivos golpes en las costillas fueron el lenguaje utilizado para hacer saber a los terribles portadores de gorra, capucha y rostro, que no eran bienvenidos (¿en la zona? ¿en la sociedad? ¿en la vida?)
Mientras la gente pasaba sin atinar a nada naturalizando absolutamente esta humillación pública, mientras los parlantes cercanos reivindicaban los derechos humanos, mientras estos gurises argentinos, entrerrianos, paranaenses, barrileteros, se preguntaban ¿hasta cuando a mí?, allá lejos, en soledad, Videla, Martínez de Hoz y Von Vernich brindaban por el triunfo.

(P.D. Pocos días después, frente a la sede de Barriletes, otros dos adolescentes fueron molestados por la policía. Figurita repetida, mala costumbre de meterse con los más vulnerables, inseguridad diaria para estos chicos cuya historia no logra hacer correr el rimel de ninguna diva.)

Comentarios

Anónimo dijo…
que podemos hacer entonces??
jbaez-8@hotmail.com