Una leyenda

(Revista Barriletes, Julio 2016)

ANUNCIACIÓN DEL PACHAKUTI II
-Por Andrés Petric-

“Enriquecido con el oro del rescate
el español.
Su horrible corazón por el poder devorado
empujándose unos a otros, con ansias cada vez,
cada vez más oscuras,
fiera enfurecida.
Les diste cuanto pidieron, los colmaste;
te asesinaron, sin embargo”.
(La muerte de Atawallpa.
Fragmento anónimo de elegía quechua c. S. XVII)

La leyenda
Mi amada wawita, flor de chinchircoma, esta historia te he de contar. A tus hijos que algún día engendrarás habrás de transmitir. Ellos a su vez lo mismo harán porque sin memoria, sin pasión, alejados de Huirakocha la nueva Era nunca llegará. Escucha ya:
Aquel día la sombra de Tata Inti, hasta el extremo sur marcado en la Intihuatana habría de llegar. Los amautas del Cuzco así lo habrían de enseñar. De gozo este acontecimiento me llenó: su luz sagrada hasta los confines del Kollasuyo habría de retornar. Extrañamente un frío cortante hasta los huesos me hubo de calar. En lo alto el vuelo circular del hermano kúntur algo raro hubo de presagiar. Alguien por llegar en mi latente corazón ya herido se anunció.
¡Wakichikuy wasíyuj! no sin razón el avecilla acababa de cantar.
¡Amauta Kompichuy!!Amauta Kompichuy!, Hilaku gritando. Desde el fondo de la honda quebrada, gritando.
Ya algo malo venía yo presintiendo: la flor de la Kantuta hacía días se había ido secando. Como la fría nieve Mama Quilla, se distinguía pálidamente en el azul. Mi sangre en hielo se convirtió.
Desencajado su rostro, Hilaku se mostró frente a mí. La mosca azul. anunciadora de la muerte lo sobrevolaba ya.
Amauta Kompichuy…nuestro amado Atawallpa muerto ha sido ya. Los extranjeros…En Kajamarca, habría de acontecer…
Hilaku ahogado en llanto.
¡Amauta Kompichuy! ¡Abandonados estamos ya! Ni Huirakocha, Nuestro Creador se ha hecho oír!.!Mi Señor…redención posible para nuestro pueblo no habrá ya! ¡Amarillo se vuelve el sol, al cadáver de Atawallpa el llanto de los hombres de las Cuatro Regiones lo ha cubierto ya… ¡Teñidas para siempre de la roja sangre de Nuestro Señor las manos hediondas de los hombres de plomo han quedado una vez más!

Mi buen Hilaku,- le dije ya - escucha mi voz: “Con regocijada boca,/ con regocijada lengua,/ de día, de noche/ llamarás. /Ayunando/cantarás con voz de calandria…/desde cualquier lugar del mundo,/ el creador del hombre, /el Señor Todopoderoso,/ te escuchará…* ¿El amado Huirakocha piensas entonces que nos abandonará?. Pura sacralidad nos ha creado Él. Los kurakas, los amautas de todos los ayllus nos habremos de juntar, habremos de deliberar. Las Cuatro Regiones del mundo habremos de rescatar. Desde el Urín Pacha oscuro y profundo, el espíritu de Atawallpa nos habrá de guiar! ¡Yúsniy yachan! No llores…no desesperes. Todo lo bueno, toda la dicha, toda la alegría al final de los tiempos retornará. La bella Kantuta nuevamente florecerá. Al tierno cuidado de las sagradas ñustas renacerá.

En lo alto del Kollasuyo, en las altipampas, en los cerros nevados, en los valles profundos la negra angustia reinaba esta vez. Como petrificados los amautas sus sabias bocas hubieron de cerrar. Como si Supaykunas malditos les hubieran robado el alma quedaron, enmudecieron, lloraron. Las urpilitas no cantaron más. Mywa sus hermosas flores encarnadas se hubieron de secar. Lo que habría de venir, Laiqa, encorvada sobre la tierra, tiraba hojas de koka al viento tratando de adivinar.

Tres lunas habían pasado ya. Tata Inti a lo alto del cielo arribó. Intihuatana, sin sombra hubo de quedar. Sobre los alados chasquis la noticia ese día llegó: los kurakas y los amautas, los yanakunas, los de las cuatro partes del mundo en alguna wak´a del Cuzco se habrían de reunir. Habrían de conversar, habrían de deliberar. Las negras luchas, las sangrientas guerras entre el amado Atawallpa y su amado hermano Huáscar habrían de olvidar. Los odios sin sentido perdonar. Trepar juntos, en extensa procesión hacia el Apu más sagrado. A Huirakocha, salvación y perdón habrían que implorar.
Los kurakas, los amautas, el Willaj Umu esto que sigue habrían de exclamar:
—“Del mundo de arriba,/ del mundo de abajo,/ el océano extendido,/el hacedor.”
Aquí, tus hijos hemos llegado ante tí. Aflijidos estamos, penando estamos. Henchidos de dolor estamos.” “¿Quién eres?/¿Dónde estás?/¿Qué arguyes?/!Habla ya!”

En el medio de la noche, cuando Mama Quilla iluminaba con todo su esplendor y Kantachilla señalaba hacia la lejana Tiahuanaku Tata Inti hubo de aparecer. Toda la wak´a se iluminó. Como en pleno día hubo de alumbrar. Como un wayñu cada vez más potente, el amado Huirakocha su amorosa voz en las Cuatro Regiones del Tahuantinsuyu se hizo oír. En runasimi, en todas las lenguas del amado reino a sus criaturas así les habló:
El Supremo Hacedor, el Supremo Civilizador soy. Muchas generaciones habrán de llorar, habrán de implorar, habrán de sufrir. El eterno rodar del Pachakuti y su renovación de siglos inexorablemente se debe cumplir. Huáscar y Atawallpa ¿porqué locura entre ellos habrían de reñir? Debilitado el reino así hubo de quedar. Pié y razón al extranjero dieron ya.
La salvación dentro de sus propias chuspas habrán ustedes de buscar. La kokamama, que desde el confín de los tiempos les ayuda a vivir, regalo de los dioses no es para ustedes ya?. Planta sagrada, hija de las yungas al invasor se la han de brindar. Sus hojas a manos llenas les han de obsequiar. Más que el oro otra cosa los extranjeros olvidaron de adorar.
La eternidad para ellos no existe ya. Las hojas sagradas, prostituirán, manipularán, alterarán. En mero objeto de comercio hipócrita y vil las transformarán. El producto de semejante sacrilegio será engendro que con el correr del tiempo los enloquecerá. Con su mundo terminará. Y el Pachakuti un nuevo ciclo habrá de iniciar. Del Uray Pacha todas mis criaturas emergerán. En los nuevos amautas, en los quechua, en los aymara, en los puquina, en los guaraní, en todos los hombres, en todas las mujeres. En los blancos de buen corazón que no llegaron a ofender a su Dios, en los que sufren hambre e injusticias, en los engañados que en ese infernal veneno salvación creyeron encontrar, la herencia buena de la vieja Era se renovará. La avaricia, las locuras, las guerras, los fanatismos, las crueldades desecharán. Vuestros descendientes, nuevos hijos del Sol, una civilización de renovada paz engendrarán. ¿Acaso Huirakocha los abandonará?

¿Mito o realidad? ¿Cuál es el límite?
En la capital del Perú y cerca de la medianoche Diego Vázquez Trujillo finalizó la lectura de esta larga historia. El legendario origen de la planta de coca le llevó a comprender la razón por la que este vegetal, venerado por los pueblos andinos se ha transformado en elemento de destrucción, penas, desolación y muerte para la humanidad actual. Encendió sin muchas ganas el televisor. Por el canal local se enteró de un hecho más de un fenómeno devenido en lacra mundial: en la lejana Buenos Aires cinco jóvenes, en medio de una multitudinaria fiesta habían fallecido por sobredosis de drogas, entre ellas, la maldita cocaína, manipulación de la planta sagrada prostituida por la “civilización” actual.
La maldición de Huirakocha, repetidamente se estaba cumpliendo. El Pachakuti, doloroso camino hacia una nueva Era volvía a anunciarse una vez más.
Hasta aquí esta antigua leyenda. Hoy comprendemos que el cambio hacia un mundo mejor no será posible si el humano no se decide a involucrarse en el mismo. Pero rescatando el sentido sagrado de la existencia.
Nota del autor: los párrafos en bastardilla corresponden a fragmentos de poesías quechuas de los períodos precolombino y colonial.
Glosario:
Pachakuti: Cambio cíclico en la tierra y en la humanidad que se produciría cada quinientos años. El actual Pachakuti se habría iniciado en 1992.
Tata Inti: Padre Sol. Divinidad suprema entre los inkas.
Intihuatana: piedra cuya sombra marcaba el derrotero anual del sol.
Kúntur: cóndor
Warichíkuy wasíjuj: Ave andina que en su canto parece exclamar: “Prepárate, dueño de casa”.
Amauta Kompichuy: Sabio amigo
Kantuta: planta andina de hermosas flores.
Ñusta: princesa.
Mama Quilla: Madre luna. Divinidad andina.
Atahuallpa: Soberano Inka quien fuera traicioneramente sacrificado por orden de Pizarro.(S. XVI)
Huirakocha: El Supremo Hacedor. Máxima divinidad en el panteón inkaico.
Las Cuatro Regiones: El Tahuantinsuyo, reino de los inkas estaba dividido en cuatro regiones con capital en el Cuzco.
Kuraka: suprema autoridad dentro de cada ayllu
Ayllu: entorno territorial habitado por personas de un mismo linaje.
Urín Pacha: el inframundo en la cosmovisión andina.
Yüsniy yachan: Interjección ¡Sabe mi dios!.
Supaykunas: los demonios.
Urpilita: diminutivo de urpila, paloma andina.
Tirar hojas de coca: práctica adivinatoria de los hechiceros andinos.
Maywa: planta andina de hermosas flores rojas.
Laiqa: hechicera.
Yanakuna: personas de rango inferior en la escala social del inkario.
Huáscar: hermano de Atahuallpa contra quien guerreó por el mando supremo del reino.
Apu: cerro sagrado donde moran los dioses.
Willaj Umu: sumo sacerdote.
Katachilla: constelación de la Cruz del Sur.
Wak´a: lo sobrenatural.
Runasimi: idioma quechua.
Wayñu: música indígena. Su danza.
Chuspa: bolso pequeño tejido a mano que se lleva en bandolera.
Yunga: región selvática de la vertiente oriental de la cordillera andina.
Tiahuanaku: región andina donde se desarrolló una de las culturas madres del Tahuantinsuyu.

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