Enamorados del río

(Revista Barriletes, Agosto 2016)

Entrevista a Raúl Rocco y Luis “Cosita” Romero
Raúl Rocco durante la emisión de "Tardecitas en el Barrio"
por Radio Comunitaria Barriletes (89.3 mhz)
Tenemos que revelarnos, nuestra fábrica es el río”
A 20 años de una gesta histórica por el Paraná

...Más tu cauce será vida renovada y muy capaz
De devolverme con creces lo que me puedas quitar
Gracias te digo mi río. ¡AH! No me quiero olvidar
Que si yo soy lo que soy, es porque a mi lado estas
Si no te encontraras cerca. No podría yo exclamar
¡Soy pescador del bravío y noble Río Paraná!”

(Te entiendo río. Raúl Rocco)


Sentarse a conversar con Raúl Rocco y Luis “Cosita” Romero siempre implica una oportunidad de aprendizajes profundos. Maestros del río, de la tierra y las estrellas, sabios de las páginas que recorren cada centímetro de su piel curtida, pescadores, luchadores, símbolos poderosos de la resistencia que se hace con los brazos en alto y la mirada transparente.


“Mi abuela era de una etnia ranquel que era contratada como mano de obra barata para la deschalada de maíz y para la cosecha por un hombre de apellido Godoy. Se llamaba Tránsito Godoy porque cuando estaba en la estancia cosechando maíz, a todos los ranqueles como ella les pusieron Godoy de apellido y sólo les dejaron elegir un nombre y mi abuela les preguntó cómo se dice estar de paso y le contestaron estar de tránsito y ella dijo: así me voy a llamar. Nunca pude recuperar su nombre indígena, lo busqué por todos lados y me dijeron: si no lo encontrás es porque era india, había que desaparecerlo.” Así arranca Raúl Rocco, con un directo a la mandíbula de su propia historia signada por la pelea aún antes de su propio nacimiento.


La génesis de una hazaña
Cuenta Rocco que la idea surge en la cabeza de “Cosita” Romero. ¿Cómo? Así:


—Un 17 de marzo de 1996 él estaba alrededor del fuego con los muchachos, había un fuerte viento pampero que les impedía pescar, y escuchaban las noticias en su Spica, esa radio con funda de cuero que tan buen sonido tenía. Allí escuchan que el presidente de la nación había declarado de interés nacional los estudios de prefactibilidad del Paraná Medio.
Pasaron unos días y nos encontramos en la Dirección de Recursos Naturales donde yo gestionaba los carnet de pesca para todos los muchachos. Nos conocíamos sólo de cruce. Él me dice "¿escuchaste que quieren reflotar el proyecto Paraná Medio"?
Nosotros conocíamos el proyecto anterior, el de la dictadura, impulsado por Rusia, que fue declarado inviable sobre todo porque los yanquis hicieron mucha presión para que no se hiciera, recordemos que eran los tiempos de la guerra fría. Además EEUU ya le había echado el ojo al agua de los acuíferos y no quería que los rusos se metieran. En aquel momento, los estudios dieron que en el medio de la isla El Chapetón, cuando pasabas los quince metros de profundidad, había un suelo muy arcilloso y por esto no se podía asentar ahí la obra por esto la declaran inviable. Hay que tener en cuenta que una represa como la de Paraná Medio iba a tener solamente 18 metros de agua más que lo que es el caudal normal del río pero iba a inundar desde El Chapetón hasta Goya, la línea Goya/Reconquista, ahí está la isla El Patí, ahí se iba a hacer un segundo cierre que se iba a llamar Cierre Patí, para escalonar, para hacer navegable íntegramente todo el río sin necesidad de dragado y poder entrar a Brasil río arriba. Esto era ya el segundo proyecto, el de EEUU.


La memoria de Raúl es asombrosa, recuerda y comparte datos, cifras, medidas, con una precisión notable, a pesar de los veinte años transcurridos. Sigue:

—Pasa el tiempo, llega el turco Menem al poder, el presidente de EEUU era Bush padre, quien quería hacer el negocio para su hijo, que era a su vez propietario de la principal fábrica de portaaviones del mundo y que con el fin de la guerra fría había perdido clientela. Ellos en primer lugar proponían dar 20.000.000 de dólares a “fondo perdido” para hacer estudios, que en realidad eran para coimas. Pagaban totalmente la represa que, en ese momento, costaba 5.000.000.000 de dólares a cambio de lo cual nosotros entregábamos un recurso natural riquísimo, perdíamos un millón de hectáreas de islas que iban a ser convertidas en un sólo lago, y durante treinta años quedaban como dueños del río, cobrando peaje a todos los barcos que pasaran, cobrar en la ruta internacional y también en la ruta interprovincial que iba a quedar sobre el domo de la represa que iba a unir Corrientes con Santa Fe, al norte: Goya/Reconquista, muy parecido esto a lo que fue el Canal de Panamá. A los treinta años nos iban a devolver la represa sabiendo ya que se colmaba muy fácil un río que arrastra la sedimentación como el nuestro: cuando vos parás el agua la lentificás, el agua se decanta, se asienta y se colma de sedimento, a los treinta años nos iban a dejar una cosa obsoleta, que no iba a producir energía porque ya de por sí la represa era deficiente porque el salto que tenía era tan pequeño -18 metros- que no iba a producir energía de la magnitud de Yaciretá, con 68 metros, o Itaipú, con 161 metros. Para colmo en un río de llanura, que corre con mucha lentitud, así que en definitiva los beneficios potenciales no compensaban ni cerca las enormes pérdidas de todo tipo que iba a significar la obra.


¿Y qué fue de aquel primer encuentro con “Cosita”?
(Raúl Rocco) Cuando nos encontramos con "Cosita" salimos a tomar un café, nos quedamos como una hora y de ahí fuimos a mi casa y nos quedamos hasta las doce de la noche imaginando qué hacer. Él decía "tenemos que revelarnos, cuando la gente tiene problemas ocupa la fábrica y nuestra fábrica es el río".
Luis "Cosita" Romero
(Luis “Cosita” Romero) En esos días nos enteramos de la existencia del grupo ambientalista "Entre Ríos sí, entre represas no" y fuimos a presentarnos a una charla que dio Juan de Dios Muñoz y le dijimos que queríamos hacer algo. Allí él se alegró porque dijo que la de los pescadores era la voz que faltaba. Nosotros pensábamos hacer una movida en canoas para tratar de que los medios capten la importancia del tema, por ejemplo una pasada de ochenta canoas frente al puerto, pero no nos terminaba de cerrar porque no sabíamos si iba a tener efecto mediático.
(Raúl Rocco) Ahí es que le propongo a "Cosita" el viaje desde Yaciretá hasta Paraná.


Me imagino la expresión de su cara...
(Raúl Rocco) Él directamente me miró como si yo estuviera loco, porque si bien el trayecto directo son 861 km. al final terminamos recorriendo 1.033 km. Teníamos que cruzar las islas, además entrar por dos riachos para llegar al Riacho Corrientes y llegar a Esquina y también en La Paz que teníamos que desviarnos del río y venir por el Espinillo y después volver a salir.
"Cosita" no estaba convencido, él era pescador hace poco tiempo, desde que Julio Solanas les había conseguido una canoa a cuatro muchachos y habían formado una especie de cooperativa donde salían un día uno, un día otro y sacaban para la diaria. "¡Yo conozco desde el puerto hasta la isla puente!" me decía él y yo le contestaba que no importa, porque yo ya tenía diecinueve años de río, lo había navegado desde las nacientes hasta el fondo, siempre a remo, había salido del río Tieté Grande cuando no estaba ni siquiera Itaipú, he navegado los saltos de Apipé que quedaron muertos detrás de Yaciretá. En Itaipú tenía que bajarme de la canoa porque ahí está sepultada una de las maravillas del mundo, están los saltos de Guaira, que tenían setenta y nueve metros de altura, era una ciudad de sesenta mil habitantes que vivían del turismo y aún hoy cuando pasás con la canoa por allí, sentís el temblequeo de semejante salto que aún está debajo del agua. Cuando cierran Itaipú le cortan al río Paraná 147 km. de la arribada de los peces y en ese entonces Brasil hizo una masacre de surubíes porque los peces querían arribar y quedaban ahí. Después cuando Yaciretá cierra el cierre de Enacuá sucede lo mismo en el Puerto Ayolas que es donde salimos nosotros.
Ahí no se permite navegar los últimos diecisiete kilómetros hasta llegar al muro, pero como nos llevó prefectura pudimos hacerlo y ¡mirá la pobreza! Con una tiza escribimos sobre el muro de Yaciretá: "DESDE AQUÍ NUNCA MÁS", fue nuestra declaración de rebeldía.


Preparando la travesía
—¿Cómo consiguieron lo necesario para el viaje?
(Luis “Cosita” Romero) Me acuerdo especialmente del "Polo" Martínez - el padre del "Zurdo", un gran hombre- él estaba recién operado y aún así se arrimó con unas vituallas para el camino.

(Raúl Rocco) Al contrario nos pasó con la dirigencia de entonces del Club Estudiantes, que primero nos dieron muchísimas vueltas para recibirnos y finalmente nos trajeron en una cajita un kg. de cebolla, 2 kg. de papa, 1 paquete de arroz y un paquete de harina. Parecido con la gente del náutico, quienes nos dijeron que por cuestiones políticas no podían decir nada ni meterse. Parece mentira que siendo estos clubes de los principales usufructuarios del río, deberían haber estado en la primera línea para evitar que se construya la represa.


(Luis “Cosita” Romero) Con todo, logramos juntar en aquel momento $ 2.000, de los cuales teníamos que dejarles a la familia $ 300,00 para sobrevivir el mes que nos iba a llevar el viaje. Con lo que teníamos compramos bolsas de dormir y salvavidas y conseguimos una carpa prestada.


(Raúl Rocco) A la travesía la hicimos en una canoa de 4,56 m. que tenía seis años de antigüedad llamada "La Enamorada del Río". Yo siempre, como me gusta escribir, siempre tuve canoas con nombres poéticos, la primera se llamó "Mi Pasión es navegar", la segunda "La Enamorada del río" y la que tengo actualmente "La amante del pescador" porque pasamos más horas arriba de ella que con la familia. Y la última, si es que hay una última, se llamará "Mi último refugio" para que me cremen con ella.


¿Qué recuerdan del viaje en sí?
(Raúl Rocco) El viaje tenía sus riesgos, en cualquier lado nos podía cruzar una bala ya que había muchos intereses en juego. Por ejemplo el ex senador Pacayut, ya fallecido, decía que iba a ir detrás nuestro para ver las mentiras que les decíamos a la gente. Él tenía intereses personales ahí y había ido a sacarse fotos en una represa en EEUU para hacer propaganda de los supuestos beneficios de esa tecnología que iban a traer. O, en Santa Elena, nos decían que nos iban a cagar a palos la gente de la UOCRA que apoyaba la obra porque supuestamente les iba a dar trabajo a los desocupados del frigorífico.
—(Luis “Cosita” Romero) En Yaciretá nos encontramos que a la gente que sacaron de la isla Apipé los trasladaron a treinta kilómetros del río, les dieron una casita miserable con canillas que cuando las abrían salía sólo óxido, y la luz jamás se las dieron. La gente se moría de hambre, porque antes cuando estaban en la isla, decían, si tenían hambre algún bicho los salvaba, un macá, un yacaré, pero ahora donde estaban no había nada, una miseria terrible, a todo eso lo tenemos grabado en dos casettes de cinta que habíamos llevado y aún conservo. De todo esto que ya ocurría río arriba es que tratábamos de prevenir a la gente en el trayecto.


"La enamorada del río" fue el nombre que Raúl Rocco,
poeta de alma, le puso a la canoa con la que realizaron
la hazaña en defensa del Paraná
(Raúl Rocco) La Prefectura nos había dicho que no podíamos navegar de noche pero a la altura de Empedrado, le digo a "Cosita"  yo voy a remar toda la noche, vos acostate y vas a ver donde estamos cuando te despiertes, a lo que él me dijo que era imposible por la orientación. Él no sabía que yo pensaba orientarme por el ruido de las gaviotas que se asentaban en las boyas de demarcación del canal de navegación y que al aproximarse la canoa aleteaban y levantaban vuelo. Y así fue que cuando a la mañana le dije que se despierte que estamos entrando en el Riacho Corrientes me dijo ¡no puede ser!.

—Tengo entendido que en La Paz recibieron una gran sorpresa
——(Raúl Rocco) Allí nos esperaban unas 3.000 personas, fue apoteótico. Se habían movilizado grupos ambientalistas y también artistas que nos esperaban en el puerto. El viaje lo habíamos planteado para salir el 25 de mayo y como fecha de llegada el 20 de junio, pero después nos apuraron porque nos dijeron que nos esperaban el 14 en La Paz, fue muy emocionante.


Un cambio en la conciencia
En épocas tan signadas por los falsos ídolos que proporciona el materialismo capitalista, recuperar una gesta de la magnitud como la realizada por estos dos pescadores, se impone como una obligación ética. Nunca mejor usada la imagen del pequeño David, remo en mano, volteando al Goliat que todo lo podía, por derecha y por izquierda, y que sin embargo no contó con la fuerza contagiosa de la movilización que Raúl, “Cosita” y miles de defensores del río generaron para salvar esa enorme serpiente marrón.

Durante el trayecto, debieron lidiar con cada Concejo deliberante de las ciudades donde atracaban, con los “expertos” y los falsos ambientalistas que argumentaban una y otra vez a favor de la obra. Ellos sólo tenían la fuerza de la razón fundada en la experiencia y la convicción de que únicamente ellos podrían lograr que el futuro siguiera siendo posible. Cuando llegaron a La Paz ya alcanzaron a dimensionar que había un cambio latente en la conciencia popular tomando cuerpo minuto a minuto. Allí no sólo encontraron un recibimiento que jamás olvidarán, sino que se llevaron mayúscula sorpresa cuando dos jóvenes se les acercaron y los invitaron a ir a Santa Elena; dos jóvenes estudiantes que les dijeron sin vueltas "ustedes son nuestros pescadores".
Al otro día, llegando a Santa Elena, desde lejos sintieron ruido de tambores. Un camión de bomberos los cargó y los llevó en recorrida triunfal por todo el pueblo "hasta que no tuvo más nafta". Cordones de gente en las calles, niños de las escuelas, las fuerzas vivas, el periodismo expresaba su admiración por estos humildes pescadores que en representación de todos los entrerrianos recorrieron el bravío Paraná para salvarlo de una segura destrucción.

“A veinte años, el río sigue en riesgo, aunque las amenazas parecen mucho más sutiles: los arroyos que desembocan en el Paraná vienen cargados de químicos contaminantes provenientes de la fumigación indiscriminada y excesiva. Productores desaprensivos, empresarios cuyas empresas desagotan líquidos y deshechos en los cursos de agua, matan la diversidad ictícola y floral, afectando también la potabilidad -afirma “Cosita”- y la sobreexplotación del recurso pesquero, concentrada y administrada por cuatro empresarios en la provincia de Entre Ríos, que se quedan con el esfuerzo de 5000 pescadores que abastecen a esos frigoríficos, provocando daños que son irreparables. Hará falta una política de mucha responsabilidad para poder volver a recuperar ese valioso recurso, para proteger los oficios y trabajos casi milenarios. No es cuestión de un sólo gobierno sino del Estado por sobre de cualquier bandería política.”

Para muestra basta un botón, dice Raúl mostrando la chuza de un armado, de unos quince o veinte cm. : “hace treinta años al armado no lo pescábamos, solamente lo hacíamos para el consumo personal nuestro cuando teníamos ganas; el armado al que pertenecía esta chuza pesaba 14 kg. Hoy en día, no hay armado que sobrepase los 2 kg.”

Comentarios