(Revista Barriletes, Agosto 2016)
Entrevista a Javier Valenzuela, integrante de la
Cooperativa de trabajo "La Integral"
CONSTRUYENDO
LOS NUEVOS MUNDOS
Como una madraza acogedora, el PRO.CRE.AR
impulsado por el gobierno anterior, gestó el nacimiento de
muchísimos sueños luego concretados. La seguridad del techo
familiar, la posibilidad del acceso, lo previsible de la casas propia
fueron elementos centrales en la expectativa positiva de muchísimas
familias argentinas. Pero alguien debía unir ladrillo con ladrillo,
ayudar a proyectar, colocar la chapa, acelerar los tiempos.
De la mano de de la demanda de nuevas viviendas
nace, allá por el primer sorteo del programa estatal, la idea de
crear una cooperativa de construcción. Los gestores de la idea
buscaban una forma más igualitaria “para que los obreros de la
construcción tuvieran otro tipo de trato que el que han tenido
históricamente” cuenta Javier Valenzuela, arquitecto e integrante
desde el origen de la cooperativa, “formamos una cooperativa con un
grupo de compañeros de la facultad, se fueron sumando albañiles y
luego simplemente quedaron los albañiles y un sólo profesional”.
Actualmente cuentan con quince asociados.
ENTRE MATES Y MICRÓFONOS
Javier se acercó al programa “Tardecitas en el
Barrio” de la radio comunitaria Barriletes a contar la experiencia
y, porqué no, compartir anhelos y preocupaciones de este grupo de
trabajadores que eligieron el modo de la empresa solidaria para unir
fuerzas y concretar objetivos. Tal vez de allí el nombre: “La
integral” que según cuentan refiere al símbolo matemático de
integral que significa que algo es real entre un límite y el otro.
─¿Cuál ha sido el fuerte de la cooperativa
desde su fundación?
─El noventa por ciento de nuestro esfuerzo se
enfocó en el plan PRO.CRE.AR, cumplimos cuatro años desde aquel
primer sorteo que fue en 2012. Hemos construido y entregado muchas
viviendas, hemos tenido la suerte de ser recomendados porque los
clientes han quedado conformes con nuestro modelo de trabajo. El
trabajo fue muy difícil en un comienzo, con mucho tiempo de
dedicación, mucho trabajo para que te crean, inclusive los albañiles
porque los muchachos de la obra siempre fueron degradados por la
sociedad, siempre fueron los “negros de la construcción”, nunca
se los respetó. Cuando había un grupo de personas que les decía
que los arquitectos somos iguales que el ayudante, que el que acarrea
los baldes o hace la mezcla, al principio no lo creían. Nos miraban
como diciendo "estos nos quieren engrupir", no nos van a
respetar.
─¿Porqué cooperativa?
─El concepto de cooperativismo está degradado,
siempre relaciona la sociedad primero con las cooperativas truchas
que han existido y después con algo de baja calidad pero nosotros
desde un comienzo planteamos y demostramos que no tenía porqué ser
así, entonces ahí ya establecemos un límite: no trabajamos con
personas que no creen en la igualdad. Hay muchos clientes de la
construcción que siempre tuvieron un trato malo contra los
trabajadores: se le exigía todo a cambio de muy poco, ni siquiera
del respeto básico. Nosotros no trabajamos con ese tipo de persona,
lo hacemos con quienes reconozcan la posibilidad de ser iguales como
somos todos, no interesa la cantidad de recursos económicos que
posea ni el estatus social y de entrada nos hacemos respetar.
─¿Este modelo permite imaginar una vida mejor
además de la lógica necesidad de supervivencia?
─Totalmente. Hay anécdotas sobre el tema: hay que
saber que el excedente, en las empresas comerciales es la ganancia
del propietario. En nuestro caso está establecido entre nosotros por
un porcentaje moderado con el cual durante el primer año lo que
hicimos fue comprar herramientas. Ya para el segundo año nos
sobraron unos pesos y con una charla amena entre algunos de los
integrantes surgió "che, ¿y si nos vamos de vacaciones?",
para muchos, un sueño imposible. Luego de pensarlo y darle muchas
vueltas al asunto decidimos hacer un viaje juntos, con toda la
familia, a conocer las cataratas. Fue una de las experiencias más
hermosas que he vivido: los hijos de uno pasaban por los brazos del
otro, fue maravilloso, se puede ver en las fotos de facebook, un
grupo que la pasó muy bien. Incluso hay una anécdota muy
conmovedora: una pareja de los integrantes de la cooperativa, la
mujer le comenta a mi novia que el sueño cuando se iban a casar era
irse a las cataratas, esa era la promesa que le había hecho a ella
su compañero, actualmente uno de los pilares de la cooperativa.
Luego la vida fue marcando otras prioridades, tuvieron siete hijos y
nunca pudieron cumplir aquel deseo. Finalmente ¡la cooperativa se lo
hizo cumplir!
Javier Valenzuela |
INCERTIDUMBRES EN EL FUTURO CERCANO
Javier plantea la preocupación de los integrantes
de la cooperativa frente a los cambios sustanciales que ha operado el
nuevo gobierno en el programa de viviendas. Sus habituales clientes
eran los trabajadores y trabajadoras como ellos, que con mucho
esfuerzo accedían a los créditos PRO.CRE.AR., y que encontraban en
una cooperativa como “La integral” una empresa social confiable,
accesible en el precio y en el trato, seguros de que van a cumplir.
Estos nubarrones en su horizonte laboral los llevó,
a mediados del mes de junio de 2016, a expresarse en su página de
facebook: “Algunas veces los integrantes de la cooperativa nos
damos algún gusto, hemos conocido las cataratas, viajado a Buenos
Aires, bebido vinos interesantes, compartido asados magistrales; en
conjunto la hemos pasado bastante bien. En lo individual, cada uno ha
alcanzado pequeños logros, porciones de disfrute en una vida muy
sacrificada, de mucho esfuerzo.
En los últimos años hemos aprendido a hacernos respetar, a darnos cuenta que somos dignos y nadie es mejor que nosotros –siempre supimos que no somos mejores que nadie-, trabajo, honestidad, coherencia con lo que decimos y con lo que hacemos, orgullo de lo que somos. La pucha que aprendimos… nos costó darnos cuenta que juntos somos mejores, que el trabajo cooperativo es infinitamente mejor que el de tener un patrón. Que somos hijos de un contexto…
Hoy, el contexto político económico nos dice que lo que vivimos no lo merecíamos, que fue una farsa, una mentira, un engaño insostenible. Que no podemos darnos ningún gusto, que debemos estar conformes con tener trabajo, con eso es suficiente, no pidan más, nos dicen… regresen al trabajo informal, a la changa, a la mera subsistencia…
En los últimos años hemos aprendido a hacernos respetar, a darnos cuenta que somos dignos y nadie es mejor que nosotros –siempre supimos que no somos mejores que nadie-, trabajo, honestidad, coherencia con lo que decimos y con lo que hacemos, orgullo de lo que somos. La pucha que aprendimos… nos costó darnos cuenta que juntos somos mejores, que el trabajo cooperativo es infinitamente mejor que el de tener un patrón. Que somos hijos de un contexto…
Hoy, el contexto político económico nos dice que lo que vivimos no lo merecíamos, que fue una farsa, una mentira, un engaño insostenible. Que no podemos darnos ningún gusto, que debemos estar conformes con tener trabajo, con eso es suficiente, no pidan más, nos dicen… regresen al trabajo informal, a la changa, a la mera subsistencia…
Vuelvan a ser los negros de la construcción
carajo! Que es eso de tener un sueldo digno, de ahorrar, de comprar
electrodomésticos, de conocer lugares, de comer asado hasta
llenarse! Que es eso de creerse empresarios! Dueños de una empresa!
Ja, carajo! Dueños las pelotas! Aquí debe haber un patrón! Una
mano firme! Que es eso de tomarse una semana libre y cobrada porque
su mujer tuvo un guri! Por favor! Demasiado con ese plan de la
asignación universal que todavía esta!
Pues sabe usted querido lector? Nunca dejamos de ser negros, nunca dejamos de ser humildes –por mas asados comidos, alguna motito o incluso algún 0 km- somos y seremos negros, pero dignos. Y seguimos exigiendo derechos, nos costara más, como antes va… aunque estemos casi sin trabajo, como a muchos que les han quitado lo que consiguieron, resistiremos sin bajar los brazos. Esperando volver a ser escuchados y tenidos en cuenta, y golpearemos todas las puertas para que noten nuestra presencia. Para que nuestra honestidad sea tenida en cuenta. Para que vean que no todo es lo mismo. Para que escuchen el grito digno de los trabajadores cooperativistas!!”
Pues sabe usted querido lector? Nunca dejamos de ser negros, nunca dejamos de ser humildes –por mas asados comidos, alguna motito o incluso algún 0 km- somos y seremos negros, pero dignos. Y seguimos exigiendo derechos, nos costara más, como antes va… aunque estemos casi sin trabajo, como a muchos que les han quitado lo que consiguieron, resistiremos sin bajar los brazos. Esperando volver a ser escuchados y tenidos en cuenta, y golpearemos todas las puertas para que noten nuestra presencia. Para que nuestra honestidad sea tenida en cuenta. Para que vean que no todo es lo mismo. Para que escuchen el grito digno de los trabajadores cooperativistas!!”
DEFENDER EL MODELO SOCIAL Y SOLIDARIO
Uno no alcanza a entender muy bien para qué se
modifica el plan PRO.CRE.AR, una experiencia que llegó efectivamente
a miles de hogares argentinos, que generó expectativas y posibilitó
el futuro de muchísimas parejas jóvenes de bajos recursos.
Lamentablemente, en estos tiempos de negocios
turbios y apropiación de la renta a manos de unos pocos
privilegiados, es difícil imaginar que las modificaciones se
concreten en mejoras para los trabajadores.
“La Integral” trabaja con un modelo social y
solidario, donde nadie es más que nadie, donde la fuerza de trabajo
es lo que importa por encima de los cartones enmarcados en una pared,
porque reconocen que a veces la única diferencia fue la humildad de
la cuna o haber tenido la posibilidad al alcance de la mano: una
situación que, en el capitalismo, no alcanza para todos.
Seguiremos con atención la evolución de estas
experiencias tan humanas, tan aleccionadoras, tan necesarias, ojalá
que por mucho tiempo más.
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DATOS
La sede de “La Integral” está ubicada en calle
Canadá 871, Paraná, Entre Ríos.
mail: cooperativalaintetral@gmail.com
0343-4228024 / 0343.155306677
Facebook: Cooperativa La Integral
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