Revista Barriletes 182 / Nov. 2016
Sección: Apuntes de Taller
Nosotras somos Alfonsina y María Eugenia, estudiantes de 4to y 6to año de la Escuela Secundaria N° 36 “Capitán General Justo José de Urquiza” (ex comercio 1) de Paraná. Conformamos la actual Secretaría de Derecho Estudiantil del Centro de estudiantes de la escuela, desde la cual nos movilizamos para que la escuela sea cada día más democrática y los chicos aprendan más a pensar y no tanto a obedecer.
Sección: Apuntes de Taller
Acuerdo
Escolar de Convivencia
Algunas
normas que preocupan a los estudiantes secundarios
Por
María Eugenia Giupponi y Alfonsina Vieytes
Como
medio de comunicación comunitario, Barriletes se preocupa por
posibilitar que quienes usualmente no accederían al papel o el
micrófono para hablar, puedan hacerlo. En este sentido, escuchar lo
que nuestros estudiantes secundarios tienen para decir de su
realidad, se vuelve una tarea necesaria. En esta ocasión, dos
integrantes del Centro de Estudiantes de la Ex Escuela Comercio 1 nos
acercan algunas de sus inquietudes. Este trabajo de escritura surge
como un modo de acompañamiento a quienes quieren formar parte de
Barriletes a través de los Encuentros de Formación que desde hace
dos años habilitamos a toda la comunidad.
Nosotras somos Alfonsina y María Eugenia, estudiantes de 4to y 6to año de la Escuela Secundaria N° 36 “Capitán General Justo José de Urquiza” (ex comercio 1) de Paraná. Conformamos la actual Secretaría de Derecho Estudiantil del Centro de estudiantes de la escuela, desde la cual nos movilizamos para que la escuela sea cada día más democrática y los chicos aprendan más a pensar y no tanto a obedecer.
Llegamos
a la Asociación Civil Barriletes a partir de los Encuentros de
Formación de este año, y encontramos en el espacio de esta revista
un buen lugar para entablar una conversación con otras personas. Una
conversación por distintas cuestiones, alrededor del acuerdo escolar
de convivencia y otros temas sobre las cuales aportar nuestra mirada.
El
Acuerdo y su elaboración: del dicho al hecho
El
Acuerdo Escolar de Convivencia es un texto normativo que pretende
regular el comportamiento de los distintos actores escolares: equipo
directivo, docentes, padres y, enfáticamente, estudiantes. Este
acuerdo porta las garantías y los deberes que cada actor tiene la
responsabilidad de cumplir para llevar adelante una “construcción
colectiva” de la convivencia.
Se
plantea en las primeras páginas una redacción colectiva con la
producción de estudiantes, padres, docentes, preceptores y el equipo
directivo. Sin embargo, los hechos demuestran otra cosa, porque al
fin y al cabo nunca se sabe quién es la persona o el equipo de que
realiza el Acuerdo. Esto nos parece así porque no conocemos a ningún
estudiante que haya sido solicitado para la redacción del mismo, y
tampoco nos han invitado a nosotros como Centro de Estudiantes a
participar de esa producción.
Ante
ésta situación, nos preguntamos: ¿cómo podemos hacer nosotros
para que el acuerdo sea verdaderamente democrático? ¿Qué puede
aportar el Centro de Estudiantes de una Escuela, en tanto órgano de
representación de la mayoría del estudiantado, a la construcción
de un acuerdo realmente democrático entre las distintas partes
involucradas?
Nosotras
somos conscientes de que no es fácil la representación del
estudiantado, porque hemos conversado con algunos docentes de la
institución sobre ello. Según lo que nos han contado, la manera de
representación que encontró el equipo directivo es a través de
encuestas, las cuales no son entregadas a todos los estudiantes. Como
Centro nos estamos preguntado qué modalidades de representación y
participación de los estudiantes son las más respetuosas de todos y
todas. En este sentido, proponemos la realización de asambleas donde
sean partícipes todos los estudiantes, en las cuales tengan voz y
voto, y que además respeten las instancias de representación, es
decir, la de los delegados de curso y luego los representantes del
Centro de Estudiantes.
Responsabilidades
Notamos
que nuestro Acuerdo Escolar de Convivencia hace mucho énfasis en la
responsabilidad de los alumnos con respecto a sanciones. Todas las
sanciones referidas a cualquier tópico están dirigidas a los
estudiantes. Sin embargo, el Acuerdo no señala nada con respecto a
las faltas de otros actores de la institución. Por lo cual
entendemos que consideran que el estudiante es el único que comete
faltas. Por eso se nos vienen a la cabeza algunas cuestiones: ¿Solo
los alumnos pueden cometer faltas? ¿Por qué no están contempladas
las faltas que pueden cometer otros actores?
Sanciones
Dentro
del Acuerdo existe un apartado en el que se disponen las sanciones
que serán tomadas en diversos casos. Observamos que en el comienzo
del Acuerdo se plantea el error como aprendizaje. Pero luego
contradice esto mismo cuando dispone una serie de sanciones en las
cuales no se llama a una reflexión pedagógica. Muy por el
contrario, el Acuerdo de nuestra escuela establece castigos radicales
(como las clásicas expulsiones o pases entre instituciones), los
cuales no contribuyen en nada con la inclusión integral de los
estudiantes en la sociedad.
El
Consejo Escolar de Convivencia
Este
Consejo es el cuerpo cuya función esencial está referida a la
convivencia institucional, haciendo énfasis en cuanto a problemas
“graves”. Solo en estos casos se convoca a conformar dicho
Consejo, que sería integrado por un representante del equipo
directivo, un docente, un alumno/a, un preceptor/a, un tutor/a,
asesor/a pedagógica, delegado/a de curso, padre/madre/tutor. Esto es
algo que existe en el papel. Sin embargo, si existiese en la
realidad, la escuela tendría que ser mucho más democrática. Pero,
¿podrá funcionar de otra manera? ¿Podrían ser otras sus tareas,
como por ejemplo recibir sugerencias o apoyar proyectos que surjan de
la iniciativa estudiantil?
Lo
poco contemplativo del Acuerdo hacia las expresiones identitarias de
los estudiantes
A
su vez también nos manifestamos en total disconformidad con la parte
del Acuerdo en la que se llama la atención y se prohíben ciertas
expresiones identitarias de los estudiantes. Por ejemplo, mediante
normas tales como la prohibición de la barba, el uso de aros y
piercings. Ahí vemos que se está naturalizando algo en relación a
lo que los “hombres” y las “mujeres” son. En el documento del
Acuerdo se plantea la inhabilitación del uso de aros, solamente para
los hombres. Entonces ¿Qué nos quieren hacer entender solo
prohibiéndole lo anterior a uno de los sexos? ¿El hombre no tiene
el mismo derecho que nosotras a expresar su identidad mediante su
imagen?
La
perspectiva de un profesor
Entrevistamos
a Topo Obaid, docente de teatro en nuestra institución y en la
Escuela de Música.
—No,
nunca participé y tampoco sé bien cómo es el mecanismo.
—¿Te
inquietan algunos planteos y/o normas de este mismo?
—Sí,
primero que estoy de acuerdo con los acuerdos de convivencia porque
las sociedades son muy complejas, tenemos muchos universos acá y si
no tratamos de acordar una forma de convivir... Hay algunas
cuestiones que me hacen ruido. No puedo opinar porque no conozco la
fundamentación pero yo por ahí no entiendo esta cuestión de la
diferencia de géneros, cuando hay un discurso de entender que seas
hombre, mujer, transexual o homosexual, todos tenemos los mismos
derechos... En términos de la vestimenta, por ejemplo el uso de
aros, piercing yo no entiendo cuál es la fundamentación de “esto
sí” o “esto no”; por eso no puedo hacer una crítica profunda,
mientras no se exponga la integridad física o psíquica de la
persona. Para mí, el alumno porque venga de trajecito o sastre no
significa que me va a asegurar mayor respeto o rendimiento. Tampoco
creo que porque se pinte las uñas de negro y use tachas me va a
patotear, no tiene nada que ver eso. Y es más, a mí nunca me
patoteó el alumno y sí los padres, entonces, si el chico no te
pelea pero el padre te quiere pegar a la salida de la escuela...
bueno, a ver con qué fundamento a esos chicos le decís “esa no es
la forma”.
—¿Conocés
el Consejo Escolar de Convivencia? ¿Sabés para qué sirve? ¿Tenés
una idea a quién se elige para este consejo y quién lo elige?
—No,
no lo conozco. Sé que sirve para el mecanismo permanente de la
comunicación en la escuela, incorporando los aportes de todos los
actores de la comunidad. No está mal que se haga con la escuela una
muestra estadística de padres, alumnos y docentes, a quienes se le
hace una serie de preguntas y en base a eso se elaboran propuestas.
Pero también reconozco que muchas veces las encuestas las hacen así
nomás, y me parece que esto se merece un debate. Por eso siempre
las encuestas también llevan mucho tiempo al hacer las
investigaciones, porque esa misma encuesta la repetís tres veces el
mismo año y ahí vas recién comparando los resultados, si se
mantiene la opinión o si va variando; pero nunca formé parte de esa
muestra y no sé bien cómo se organizan.
Perspectivas
Como
estudiantes avanzadas, lo que más queremos dejar en la escuela es un
ambiente de bienestar, trabajo y dedicación, al igual que de valores
como la democracia, la justicia, el respeto, y la igualdad de
oportunidades. Creemos que el Centro de Estudiantes existe como
representante y articulador entre distintos actores, como el
estudiantado y el equipo directivo. Además,
para nosotras la escuela no solo es un ambiente de enseñanza
curricular, sino también un espacio de un aprendizaje constante e
integral. Así nos gustaría que sea, que todos los estudiantes
seamos parte alguna vez de lo hermoso que es trabajar para y con
nuestros compañeros, por una escuela más igualitaria.
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