Naturaleza Viva

(Revista Barriletes - Marzo 2017)
Entrevista a Irmina Kleiner y Remo Venica. Granja “Naturaleza Viva”

ALAS DE COLIBRÍ PARA LA CURA
Por Juan Casis

 Si nos permitimos escuchar el sonido de las emociones que dan cuerpo a las palabras de Irmina y Remo, no sólo nos convencemos de la necesidad de un cambio en nuestras vidas, sino también de la alegría y la vitalidad que ese cambio implica.

...Hoy voy a hacer asamblea de flores marchitas,
de deshechos de fiesta infantil, de piñatas usadas,
de sombras en pena -del reino de lo natural-
que otorgan licencia a cualquier artefacto de amar.

Por el levante, por el poniente, por el deseo, por la simiente.
por tanta noche, por el sol diario, en compañía y en solitario.

Ala de colibrí, liviana y pura.
Ala de colibrí para la cura.”
(Silvio Rodríguez)


Remo Joaquín Venica, santafecino nacido en 1943 e Irmina Kleiner, misionera llegada al mundo diez años después que él, se conocen en los días de quiebre entre los sesenta y setenta a partir de la militancia en el Movimiento Rural de Acción Católica. Desde allí comienzan una vida juntos que ha regado la tierra de vida, esperanza y futuro.
Como tantos otros, creyeron y pelearon la llamada “revolución verde” que pregonaba la finalización del hambre a partir de incorporar tecnología y productos químicos a la producción agrícola.
Fuimos protagonistas, junto con los perversos de la Revolución Verde, muchos de ellos inconscientes, porque yo creo que el 90% de los técnicos de las instituciones y de la sociedad que ha participado de la Revolución Verde les pasó lo mismo que a mí. Yo fui activo militante de la Revolución Verde, porque estábamos dentro de organismos de la iglesia..” nos cuenta Remo Venica “... porque todo avanzaba hacia la técnica, hacia lo científico, hacia resolver el problema de la humanidad, el hambre del mundo y ¿cómo no vamos a estar metidos en ese baile? Hasta despertar y darnos cuenta…” Se veía a los campesinos como retrasados, dice Irmina Kleiner “...entonces desde el Movimiento Rural de Acción Católica se promovía que los campesinos acepten esas transformaciones...” Fuimos perversos nosotros también, llega a decirnos Remo.
Una revolución verde que venía solapadamente de la mano de los enormes negocios de las multinacionales expertas en convertir la vida en monedas para el bolsillo de pocos.

Si lo verde tuviera otro nombre
A partir de 2009, 2010 la FAO comienza a replantear su discurso porque se daba cuenta de la problemática del hambre no estaba resuelta “...y además porque de alguna manera hay científicos inteligentes que comienzan a observar y ver. Y si yo te digo: che, para resolver el hambre en el mundo hay que echar veneno matar a la Pachamama, ¡no querido! me vas a decir, estás totalmente equivocado ¿Saben ustedes que cada minuto 12 hectáreas se desertifican en el planeta tierra culpa del sistema productivo que tenemos? Porque estamos matando la Pachamama, estamos matando la vida del suelo que es la que permitió que millones de años la tierra sea un vergel, un edén, un paraíso.” (Remo)
No puede nunca ser prolongado en el tiempo, me refiero a muchos años, un sistema que, por un lado, destruye el suelo que es nuestra única fuente de producción de alimentos, que contamina el agua, destruye los bosques, elimina la biodiversidad. En un desierto no se puede producir, el hacinamiento en las ciudades, el vaciamiento rural, la expulsión del habitante del medio rural, convierte en totalmente vulnerable a la población de la ciudad, porque ¿de dónde saca su alimento? Si a eso lo combinamos con la cuestión energética del combustible y de las reservas fósiles y todo eso, se pone más catastrófico todavía el panorama. Estamos yendo por mal camino en esta civilización, en su modo de vivir, en su modo de consumir alimentos porque muchas veces comemos pero no nos alimentamos, no nos nutrimos. Lo que comemos no tiene fuerza vital, entonces se van aumentando las enfermedades, la pérdida de energía y todo eso convierte a la población en un conglomerado totalmente vulnerable.” (Irmina)
Esa fotografía que vos estás dando debería bastar para cambiar el modelo. Sin embargo, no se unen todos esos elementos muchas veces en la cabeza de la gente.

Irmina: Hoy día tenemos que empezar muy de abajo y con pequeñas experiencias que existen multiplicadas de a montones en el país. Hay que lograr que esto vuelva a generarse y crecer y a tomar fuerza. Nosotros lo percibimos muy claramente porque cuando empezamos esta trayectoria en la granja hace casi 30 años atrás prácticamente nadie hablaba de estos temas, nos miraban como locos por las cosas que hacíamos, pero hoy en día vemos, sentimos que esto está instalado con mucha fuerza en la sociedad, en distintos ámbitos, en universidades, en escuelas, en los equipos, en el periodismo, en la prensa, está instalado. Hay que sostenerlo, fundamentarlo y avanzar.

Remo: el problema es que perdimos la ética de la vida, ni siquiera sabemos por qué estamos ni para qué estamos, entonces por eso podemos hacer una agricultura de los venenos ¿cómo puede ser que éticamente al ser humano le permitan tirar venenos y promover una agricultura y alimentos que estén contaminados con agroquímicos, hoy detectados en las madres que amamantan? Casi más del 50% de las madres están contaminadas hasta con productos echados hace varios años atrás porque permanecen en el suelo, permanecen en las plantas, permanecen en los animales y somos los últimos depositarios de estos venenos. Y esto es lo triste.

¿Cuál es este otro modelo que ustedes han sostenido y que es diferente al modelo de agrotóxicos?
Remo: Es un modelo agroecológico. Nosotros estamos dentro de la biodinámica que lo que hace es contemplar la vida como central en la posibilidad de producción de alimentos sanos y además vitales, porque no es cuestión de llenar la panza, hay que comer lo necesario, pero comida que tenga fuerzas vitales, la fuerza de la vida, la del sol, la de los nutrientes, la de la Pachamama, ¡eso es lo importante! Gandhi nos enseñó: “El hambre del mundo se acabará con el trabajo de las masas y no con la producción en masa.” Por ahí es complicado de entender pero saben qué, a veces yo doy el ejemplo: en Naturaleza Viva con 200 hectáreas pueden vivir 15 familias felices y contentas. Además con perspectivas seguras de futuro, sin complejidades con los desbalances y complejos sistemas políticos económicos porque se produce la semilla, se interactúa con el medio y además no sólo producimos sino transformamos y comercializamos. Es decir que tenemos toda la cadena, porque este es otro problema. Nos han quitado los mejores eslabones de la cadena que les permitían a los campesinos vivir económicamente bien y poder prosperar. Y te doy un ejemplo, cuando comprábamos algunas hectáreas de tierra allá por los años ‘50 o ’60, en dos años con el trabajo se pagaba la tierra, ahora ni los bisnietos van a poder hacerlo por los valores insólitos que tiene. Y acá entramos a un tema crucial: la tierra. Tomar conciencia que la tierra es de todos los habitantes del planeta tierra, sean seres humanos, animales y plantas, por lo tanto la administración de la tierra tiene que estar dada con criterios diferentes.
Irmina: hoy solamente con decisiones políticas en el país se podría llegar a plantear una transformación, un cambio para que gente que quiere acceder a la tierra pueda hacerlo. Y hoy hay muchos, no se terminó todavía el proceso del éxodo del campesino de las ciudades, pero ya se está dando un fenómeno de que mucha gente de las ciudades quiere volver al campo pero no encuentra como. Pero además vuelven al campo con nuevas ideas, con nuevas concepciones de cómo deben relacionarse y cómo tienen que servir ese trabajo en el campo, con el medio urbano y cómo es necesario interactuar en esas fuerzas, en esas energías, pero desde un rol esencial, más limpio y más fundamental para la alimentación de los humanos, para la preservación del agua, para la preservación del ambiente y el desarrollo de la fertilidad del suelo, entonces ese es un camino que uno visualiza que tiene que darse en el futuro, a paso lento, más rápido, todo eso dependerá de cómo nos acompañen los procesos de las decisiones políticas y también de cómo nos acompañe la misma naturaleza que también nos está presentando grandes desafíos, lo del cambio climático que es muy fuerte, nosotros en el campo lo sentimos fuertemente. En las ciudades bueno le ponen aire acondicionado y con eso arreglan todo, mientras tengan energía barata, después no sé qué va a pasar, pero en el campo uno ve como el sol quema las frutas, las verduras, quema las plantas.
Remo: Quema las plantas jóvenes, ahora las tenemos que proteger, antes no había problemas. Vayamos pensando que el cambio climático se va a hacer cada vez más cruel, a partir de las graves contradicciones que existen y entonces tenemos que repensar a los campesinos, repensar nuestro sistema productivo. Nosotros de hecho ya estamos previniendo esto y entre todos los que estamos en la granja dijimos tenemos que trabajar más en la parte de quintas de frutales porque son los más estables y los fenómenos de grandes lluvia, los fenómenos de sequía pueden ser remediados con riego porque no es lo mismo regar 30, 40, 50 hectáreas que regar 4 hectáreas de frutales. Pero siempre pensando en la estrategia d la agroecología, de la biodinámica que es en un estrecho vínculo con la pachamama. La crisis de esta civilización es cada vez más grave y podemos pensar que tenemos más de 1 grado y medio de calentamiento mundial y pasando 4 grados no hay vida en el planeta tierra. Y esto se produce en estos últimos 100 años. Hay que aplicar la experiencia de reducir el consumo, reciclar, reusar, tenemos que aprender esas cosas.

Hijos del monte
Todo debe estar muy limpio. Vos tenés que estar agachada, para que salga más fácil. Si hay dificultades, que se acueste y le ponés sobre la panza un billete de cincuenta pesos y arriba del billete una cruz de caravaca. Tomá, te voy a prestar el billete y la cruz. Una vez que sale el crío, lo sujetás de los tobillos, cabeza abajo y le das un chirlito en la cola para que llore. Una vez que lloró atale el ombliguito, medís cuatro dedos sobre la tripita y le hacés otra atadura, ahí cortás y con una cuchara caliente quemás el corte. Enseguida tenés que hacer salir la placenta. Tenés que meterle en la boca la punta de tu cinto, con cuidado, que llegue hasta la garganta, eso le producirá arcaddas, ahí va a salir la placenta...” (Monte Madre, Jorge Miceli, 2006)
La militancia ligada al campesinado trajo aparejado el enfrentamiento, primero con la Triple “A” y la persecución por parte de la dictadura militar. Así, de un primer tiempo viviendo en casas de compañeros campesinos y hacheros en el campo, rápidamente toman la decisión de meterse en el monte chaqueño para salvaguardar la seguridad de estas familias solidarias y también la propia. Durante cuatro años, el monte se transforma en casa, vientre materno, alimento y escudo.
Pienso en esos años que ustedes pasaron en el monte y lo duro que habrá sido, con tantas vivencias imposibles de imaginar, traer vida en condiciones increíbles y no puedo menos que preguntarme cuánto de eso marcó la lucha que ustedes hoy están desarrollando.
Remo: En el libro “Monte Madre” de alguna manera está esta cuestión. Para nosotros la selva fue nuestra madre, la que nos permitió vivir, la que nos permitió alimentar juntamente con campesinos y hacheros y trabajadores rurales y aprendimos de esa interacción que hay en la selva, muchísimas cosas que son el germen de lo que viene después, el ver en la selva la interacción entre los seres que viven en la selva ¡ay mama mía! qué lindo, qué cosas agradables que hacen que uno comience a ver de manera distinta.
Irmina: Y sobre todo todas esas situaciones extremas nos obligaron a despojarnos totalmente de todos los paradigmas en los que estábamos viviendo en ese momento, o sea la comodidad de una casa, de un vehículo, de tener todo disponible y tener que buscar otro tipo de vivencias para poder sobrevivir, despojarnos de todo. Igual vivimos. Como que llegar al extremo en toda las situaciones hasta en la vida misma nos dio más libertad para pensar en otras cosas
Remo: además teníamos miles de militares que buscaban a Remo e Irina para matarlos y nosotros tuvimos que tener dos hijos en esa situación, una a cuatro metros de profundidad de la tierra en la selva donde fue el lugar de nacimiento de nuestra primer hija y el segundo en los cañaverales de la caña de azúcar en el norte de Santa Fe. La Pachamama nos hizo tener los hijos y excelentes y hoy doy gracias a la Pachamama a la vida a los mundos superiores que nos han permitido hacer eso, esa pregunta que vos hacés y nos dio toda la riqueza para decirle a los compañeros a todos, a todas, cambiemos de paradigma y comencemos a valorar la vida desde otras concepciones, no para lucrar sino para servir y el servicio te da la gran posibilidad de vivir feliz alegre y contento porque cuando uno se desprende del tener empieza a ser y a vivir.

Ala de colibrí, liviana y pura
Hace casi treinta años ustedes comenzaron la experiencia de montar una granja agroecológica y biodinámica que se ha transformado en un modelo de futuro ¿Cuál es el aquí y el ahora de Naturaleza Viva?
Irmina: Bueno, lo que fuimos haciendo es transformar en estos 30 años un campo agrícola con el suelo muy empobrecido, sin árboles, realizando dos cultivos al año incorporando nuevamente una gran cantidad de árboles de distintas especies, forestales y frutales, una gran diversidad de frutales. Nosotros tenemos frutas frescas disponibles durante todo el año, que van rotando. En una temporada una, después viene la otra y así durante todo el año frutas para el consumo del grupo que trabaja y a disposición para hacer jugos, para hacer mermeladas y dulces. Por otro lado, volver a incorporar la ganadería con tambo, lo cual es un gran aporte para recuperar la fertilidad del suelo por los excrementos del ganado, combinado con agricultura donde hacemos principalmente girasol y trigo, además de lino, sésamo, sorgo. Pero a esas producciones las retenemos para transformarlas en alimentos. O sea, el girasol lo convertimos en aceite o en pepas peladas de girasol que pueden ser consumidas en forma directa. Con el trigo se hacen las harinas y también un reciclar interno de todos los residuos que en esos procesos se van generando que vienen para la alimentación del ganado o de las aves, de gallinas, de patos. Todo cicla internamente. Los excrementos de las vacas nos producen gas que usamos en las cocinas, en la elaboración del queso. Todo eso con el gas del biodigestor. Lo que sale del biodigestor ya va a nutrir el suelo, la fertilidad del suelo.
Remo: Este es un aspecto muy importante para los que intentan hacer un sistema nuevo que permita la renovación de la fertilidad, el crecimiento de la productividad es que todo debe ciclar armónicamente en el sistema y tratar de evitar al máximo la salida de minerales de la granja. Ejemplo: si sale leche, sale más bien energía, no salen tantos minerales. Si sale un animal a un frigorífico, ahí sí salen minerales, pero si se faena localmente, esos huesos vuelven a molerse y a recircular en el sistema que para nuestra zona la crisis de minerales es muy alta porque teníamos menos de 5 partes por millón de fósforo y hoy tenemos por más de 15 partes por millón de fósforo en este proceso agroecológico de estos últimos 30 años.
Irmina: mucha gente que va a visitar Naturaleza Viva o también puede pasar con alguno que nos está escuchando ahora puede decir: “ah pero eso es mucho trabajo” y acá salta una cuestión que todos llevamos adentro. El sistema en general nos ha inculcado una semilla que nos cultiva el facilismo, lo rápido y fácil, lo más cómodo, lo más rápido y lo que menos trabajo nos da. Es un grave germen de enfermedad que llevamos adentro todos.
También nos han creado un facilismo mental. Todo rápido: dame la receta, yo quiero la receta. Entonces tiene sentido que existan ingenieros agrónomos para aplicar recetas o para vender agroquímicos ¿dónde está el trabajo de ingeniería? Porque la naturaleza en la complejidad realmente es un trabajo de ingeniería. Encontrar la respuesta a cada situación. Capacidad para analizar qué está pasando en este lugar, qué pasa con las plantas, qué pasa con el suelo. Si llueve qué me va a suceder, si me viene sequía cómo lo voy a resolver. Eso es un trabajo de ingeniería, pero trabajando en armonía con la naturaleza y con los alimentos. Es un tema de integración. Nos han fraccionado en 50 mil pedacitos, como que una no tiene que ver con la otra, cuando en realidad es un todo cósmico nuestro planeta tierra junto con todo lo que nos rodea. Y aquí hay una gran responsabilidad de nuestros institutos de investigación, llamémosle universidades, INTA, CONICET, que todos se han puesto al servicio de ese sistema, de vendernos paquetitos, vendernos paquetitos por dónde sea y hoy es un gran desafío y una gran responsabilidad.
Hay que convertir ese facilismo en un placer por hacer las cosas, en un placer por estar ahí, por construir, por ver la evolución por ver las plantas crecer y fructificar, por alimentarte con los alimentos que vos produjiste, de tu huerta, en la quesería, ese es un placer tan profundo que te da el entusiasmo, que de última el entusiasmo es la vida, es lo que sostiene, lo que sostiene la salud, lo que sostiene las relaciones, la salud física y mental.
¿Cómo superan el no uso de tóxicos?
Remo: Ahí hay que basarse en observar cómo funciona la madre naturaleza e inmediatamente te das cuenta de la interacción que existe entre todos los seres. Hay una regulación natural, hay una cantidad enorme de insectos y de microorganismos que trabajan a la perfección. Si no vayamos a la historia. 15 millones de años tardó la Pachamama para hacer del planeta tierra un edén, para que vengamos nosotros los seres humanos acá hace apenas 200 mil años. Entonces lo pudo hacer sin la intervención del hombre y ahora que está el ser humano que tiene composiciones diferentes, que tiene las capacidades enormes y la sabiduría para reencarar un proceso que nos lleve cada vez a mayor felicidad y al famoso paraíso terrenal, nosotros tenemos las condiciones para hacerlo, lo que pasa es que no tenemos que ser miopes, no tenemos que dejarnos llevar por los intereses particulares de corporaciones internacionales o nacionales para hacer las cosas, sino recrear nuestra misión y nuestra manera de obrar permitiendo que haya cada vez más insectos, cada vez más corredores biológicos y permitir y actuar sin necesidad de intervenir a la generación de la fertilidad que la Pachamama tiene.
La lombriz por ejemplo no existe más en los campos con glifosato y agroquímicos, sin embargo en nuestros campos, no los conté, pero por cada hectárea debe haber entre 500 y 1000 kg de lombrices esparcidos en todos los lugares, trabajando incesantemente con la fuerza gratuita que es el sol, el aire y el agua. Y yo acá digo una cosa a todos: seamos buenos administradores del agua, del sol, del aire, en nuestra maravilla de tierra que tenemos y vamos a resolver absolutamente todos los problemas de las enfermedades y las plagas. Cuando yo digo las hormigas me atacaron tal planta y… tengo que pensar que la planta está enferma porque fijensé qué detallista que es la Pachamama, qué misión que tienen todos esos seres que pueden ser infinidad de hongos, bacterias, hormigas, gusanos, todo lo que vemos hoy como plaga son los que tratan de resolver la degeneración de nuestro sistema.Hipócrates dice “que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”. Es el quinto postulado de Hipócrates que juran todos los médicos del planeta tierra cuando se reciben. A ver ¡qué maravilla! y nosotros por suerte en naturaleza viva sentimos que eso se hace realidad cuando nosotros trabajamos con la fuerza de la vida y no con las fuerzas perversas de los agrotóxicos, de los venenos.
Este modelo nuevo no es el que se difunde.
Irmina: No es el que se difunde. Nosotros empezamos así, ensayo y error, pero hoy existen muchas investigaciones, hay muchos agroecólogos ya en este planeta tierra, que han hecho distintos tipos de experiencias y de preparados y hay muchas herramientas ya concretas para los que se quieren iniciar en este camino. Hay que buscarlas porque están disponibles están en libros, están en la tecnología. O sea el tema es que cada uno se predisponga y diga yo quiero eso y lo busque y lo va a encontrar.
¿Tendremos tiempo?
Remo: Yo creo que sí, porque no es sólo la fuerza. Nosotros hace 15 días fuimos a disertar en un Congreso de Organismos de Defensa de la Vida del Planeta en Cali (Colombia) y tuvimos la oportunidad de ir con un técnico que vino a disertar a ver experiencias que está asesorando ¡es increíble! Las cosas maravillosas que están haciendo de agroecología en Colombia. Así que esas cosas nos dan entusiasmo, nos dan ganas y son semillas muy fuertes de las que tenemos que hacer y acá hay en Entre Ríos con esta maravilla de suelo de tierra, etc. Yo digo dentro de 10 años va a haber 10.000 productores agroecológicos además van a ser los promotores del arroz ecológico, porque yo sé que producen mucho arroz y como nosotros hacemos y trabajamos las semillas, estamos preservando más de diez variedades de arroz que los técnicos están abandonando, pero nosotros las queremos cuidar para las generaciones que vienen. Además tenemos muchas tierras que son aptas para producir arroz agroecológico porque son lugares de humedales. Existen entre 500.000 y 1 millón de hectáreas en nuestra zona de la ribera del Paraná hacia el oeste, que son islas y bajos, etcétera, con posibilidades de producción de arroz, digamos, sin aplicación de veneno, porque tenemos una biodiversidad enorme que son los refugios de cuántas especies que hoy son corridas del cordón de la cuña boscosa santafesina.
Si yo miro 15 años para atrás el monte nativo entrerriano estaba intacto, los cursos de agua entrerrianos no estaban contaminados y la producción era otra.

Remo: Claro, 30 años atrás nosotros teníamos 30 árboles en Naturaleza Viva. Hoy tenemos más de 20.000 árboles y que además ponemos cada vez más, porque el árbol nos trae el refugio de tantas especies y vienen a vivir. Hace apenas 5 años vino una mona, viste que estamos en la era de la mujer, acuario, solidaridad, rol protagónico de la mujer. Aparece ella, la mona aparece, al año aparece el macho porque también ello lo llamaba. Hoy tenemos 4 hijos, la pareja y cuatro hijos, seis. Por supuesto que tenemos que poner cada vez más árboles frutales porque ellos tienen que venir a servirse, porque también es nuestro rol recuperar los frutales donde podían vivir especies que hoy necesitan de la solidaridad, la fraternidad del ser humano para permitir que la evolución de nuestro planeta que no es exclusiva del ser humano se dé en armonía, en paz, en felicidad.

Comentarios