La pobreza en Paraná


Cuando ser pobre te condena
(Revista Barriletes Julio 2017 - Nota de Tapa)

Por Octavio Alarcón y Darío Cagliero (**)
Ilustración: Fernando Miguez
Los nadies: los ningunos,
los ninguneados, corriendo la liebre,
muriendo la vida, jodidos, rejodidos”.
 Eduardo Galeano, El libro de los abrazos


Un día de otoño, cuando el sol calienta las manos y mejillas, niños y niñas de entre 3 y 15 años bajan la empinada cuesta de calle General Galán al 2600 en el sudoeste de Paraná. No cuesta bajar, el problema es subir. Sin embargo, ya es una costumbre de hace varios meses que tiene un propósito claro, la casa de Griselda Álvarez, dónde habrá una taza de leche, un mate cocido, alguna galletita o un pan casero para compartir. Sonrientes y esquivando los pozos de la calle, bajan acompañados de sus madres que llevan algún bebé en brazos o en un cochecito, esperan en la puerta, mientras otros vienen de abajo, ya que Galán continúa unos metros más y hace una curva donde se instalaron algunas familias en ranchos. La mayoría pertenece a la zona del barrio Anacleto Medina, aunque también se acercan desde La Floresta, Gaucho Rivero, Padre Kolbe, Paraná XIII y XVI, porque ahí las pancitas también crujen.
Griselda los espera afuera con su familia. La leche chocolatada, en la olla de unos 40 litros, ya se preparó un rato antes para que los chicos no pierdan tiempo y puedan jugar a la pelota en el potrero que está enfrente. Algunos dejan una botella vacía arriba de la mesa, mientras Griselda le pregunta a un chico: “¿Vas a tomar leche? Tenés que venir a la mesa”. Parece una regla de oro; la leche se toma en una taza y sentado alrededor de la mesa. A veces llegan 70 personas, así que no siempre alcanzan las tazas y las sillas. Cuando se le comenta que tres de cada 10 paranaenses se encuentran en situación de pobreza, Griselda replica: “son muchos más”. Las cifras son contundentes, aunque siempre dependen de los parámetros que se tomen para realizar las mediciones, pero ¿cómo llegamos a que tantas personas sufran de hambre? ¿Cómo se bajan estos índices? ¿Con qué políticas debe intervenir el Estado para garantizar a sus ciudadanos las condiciones básicas para una vida digna? Preguntas simples para una situación compleja.


Una aproximación al problema de la pobreza
Entre 2013 y 2015 el Instituto Nacional de Estadística y Censos -INDEC- no publicó estadísticas nacionales de pobreza. En su última medición, la cifra de la población que no cubría el salario mínimo vital y móvil, según el Gobierno, llegaba al 4,7%. Ese guarismo fue duramente cuestionado por las consultoras privadas que no veían reflejados los precios de las góndolas de los supermercados y el listado de productos que presentaba el INDEC.
En ese marco, las estadísticas privadas se difundieron con mayor relevancia en los medios de comunicación, como ocurrió con el Observatorio de la Universidad Católica Argentina -UCA- que, a través de la base de datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina, viene realizando un relevamiento de la pobreza a nivel nacional desde 2003. En tanto que en Paraná, las cifras comenzaron visualizarse a partir de 2007 con el trabajo realizado desde la Facultad Teresa de Ávila, sede de la UCA en nuestra ciudad.
Cesar Sione, Silvia Montaño y María Soledad Menghi conforman el equipo de trabajo de dicho Observatorio que estudia la medición multidimensional de la pobreza bajo el enfoque de capacidades, derechos y desarrollo humano, principalmente por la ausencia de datos en la región y con financiamiento propio. Acerca de las estadísticas oficiales, César comenta:
Como no teníamos medición de pobreza, la Universidad tomó relevancia respecto de estos números que comenzaron a publicarse. Incluso antes había también una brecha entre la Universidad y el Estado, hasta que este dejó de publicar. Cuando retomaron las estadísticas públicas los números del Estado eran prácticamente iguales a los que brindó el Observatorio. Esto es el testimonio de que la investigación es seria y perdura en el tiempo.
Las cifras obtenidas por la UCA también son utilizadas para suministrar una base de datos para aquellos que trabajan con organizaciones en los barrios, inclusive como material de estudio dentro de la Facultad. La estadística se conforma a través de una encuesta con 36 puntos, muestras que dan una cobertura de la ciudad, aunque la intención es ampliar ese número para lograr mayor precisión. Por otra parte, la línea de trabajo que plantean es más vinculada al desarrollo humano que al asistencialismo, sin embargo hoy ambas parecen necesarias.
La UCA estima que más de 100 mil personas están por debajo de la línea de pobreza en el Gran Paraná (que incluye nuestra ciudad, San Benito, Colonia Avellaneda y Oro verde). Esto representa prácticamente un tercio de la población. También el INDEC dio una cifra este año que señala que el 24, 2 % de los paranaenses se encuentra en situación de pobreza. Para Silvia, la pobreza multidimensional es tan grave como lo es no alcanzar la canasta básica alimenticia. Sobre ello comenta:
Cuando hablamos de pobreza, coincidimos con el Observatorio en que no se trata sólo de alcanzar bienes, sino que en un país que ha incorporado derechos, también hay que ver en qué situación se encuentra la población respecto de otros derechos que deben estar garantizados por el Estado. Tiene que ver con el desarrollo que pueda lograr la persona, incluida la parte cultural. Es decir si los chicos pueden acceder a otras actividades fuera del ámbito escolar, o si las incorpora. Estamos tratando de anexar la dimensión salud mental como un ítem para ampliar la estadística.
¿Por qué se ocupan ustedes de esto si es responsabilidad del Estado?
Porque no lo hacen. Es interés del equipo abordar una problemática tan importante en la que no hay datos. La pobreza no sólo puede ser medida a través del ingreso, nosotros no hacemos censo sino que encuestamos y trabajamos en el territorio. Creemos que el Estado ha puesto mucho en trabajo social como infraestructura escolar, bibliotecas, extensión horaria; pero no logra revertir la situación. Un ejemplo de ello es el Pro.Me.Ba -Programa Mejoramiento de Barrios- que favoreció a muchos barrios, pero que no cambió la realidad de las personas. Entonces la pregunta es ¿cómo deben revisarse las políticas del Estado para poder revertir la situación? Las cosas mejoran, pero no cambian. Hoy, uno de cada dos chicos paranaenses de entre 0 y 17 años padecen la pobreza multidimensional -alimentación, saneamiento, vivienda digna, atención a la salud, acceso a la información y estimulación temprana (de 0 a 3 años)/educación (de 4 a 17 años)-(N de la R.)
Desde otro ámbito y con igual preocupación, la gente de Suma de Voluntades tiene la misma impresión: en algunas épocas las cosas mejoran un poco, pero no cambian. La organización no gubernamental (ONG) comenzó a trabajar hace seis años construyendo casas de emergencia en el Barrio San Martín, al lado del Volcadero Municipal de Paraná, y hoy percibe con preocupación el incremento de la demanda.
Actualmente, Suma sostiene tres comedores infantiles en barrios San Martín, Antártida Argentina y Mosconi Viejo; apoyo escolar, alfabetización para adultos, recorridas nocturnas de jueves a lunes para dar comida a gente en situación de calle, talleres educativos, clínicas deportivas; y el proyecto Construir Dignidad, donde las familias se construyen sus casas, interviniendo en todo el proceso de la construcción, desde la fabricación de bloques hasta su edificación.
Anabella Albornoz, una de las caras visibles de la ONG, explica que están preparando alrededor de mil platos de comida por semana, y que la cifra crece día a día. “Y lo grandioso es que se hace gracias a la ayuda de la gente, que depositó la confianza en un grupo que está haciendo cosas”, dice la joven, que destaca la solidaridad y el rol de las redes sociales, fundamental para captar nuevos colaboradores y dar transparencia a la tarea de la organización.
Estamos muy preocupados. Hay cada vez más chicos en los comedores. Las personas que hoy están empezando a acudir son de esas familias que en los últimos años progresaron un poco gracias a diferentes planes sociales, y después no pudieron mantener esa mejora, porque no era un crecimiento basado en el trabajo. Los recursos que nosotros manejamos no se pueden sostener a largo plazo. Se necesitan planes integrales de trabajo en donde la gente de cada barrio pueda comenzar a revertir la situación por sí misma, sin tener que esperar algo de afuera. Eso es lo que está faltando. El abordaje de la niñez es ahora. No vemos siquiera un plan de contingencia. La pobreza es muy cruel. Además de sufrirla, padecen la condena social por ser pobres - reclama Albornoz.
Desde el Estado provincial se advierte la necesidad de aumentar la asistencia. Sobre todo, de alimento. En abril de este año, la ministra de Desarrollo Social de Entre Ríos, María Laura Stratta, dijo a la prensa que a diario se suman niños a los comedores escolares de la provincia. Con mayor precisión, el Director de Comedores Escolares de esa cartera, Ariel Wilvers, detalla que en Paraná hay más de 11 mil chicos que almuerzan en 74 comedores escolares y casi 13 mil, que desayunan o meriendan en 156 escuelas primarias y secundarias. En total, más de la mitad de los gurises que asisten a escuelas estatales se alimentan en los establecimientos. La cifra es similar a nivel provincial, donde unos 120.000 de los 225.000 chicos entrerrianos que van a la escuela pública, reciben asistencia nutricional del Estado.
Esto va en aumento no sólo porque hay niños que ya recibían comida y necesitan más, sino que hay nuevas escuelas que piden el servicio de comedores y de copa de leche. Sobre todo en el caso de las copas de leche en las secundarias- explica el funcionario - Hay muchos establecimientos de educación media que no tienen comedor, y los chicos que antes llevaban mate y podían comprar algunos bizcochos, hoy no tienen el dinero para eso.
Wilvers informa que el Ministerio está avanzando en un relevamiento de datos muy grande, no sólo en la dirección a su cargo sino con todas las políticas alimentarias de la cartera, para hacer un uso más eficiente de los recursos y realizar un seguimiento nutricional de los niños asistidos. Además, se firmó recientemente un convenio con Unicef para la conformación de un observatorio de políticas sociales y alimentarias. Se creó un programa para que los comedores atiendan a chicos celíacos y se está trabajando junto con muchos clubes. Esa alianza, para el funcionario, es de gran importancia:
Son espacios de contención e integración, a los que algunos chicos se están acercando no sólo por el deporte sino también para merendar, y tienen la ventaja de ser instituciones serias, con autoridades elegidas democráticamente, donde los padres están muy presentes.
Pero la demanda crece:
Tanto la ministra como el gobernador nos han indicado que la prioridad es que el servicio se cumpla, porque incluso por decreto está considerado un servicio crítico- dice Ariel Wilvers. Sin embargo, admite que la asistencia siempre va detrás de la demanda, y que la situación sólo puede revertirse a través de la Política Económica.


La verdadera grieta
Semanas atrás, Graciela Fernández Meijide -ex ministra de Desarrollo Social durante la presidencia de Fernando De la Rúa-, dijo en una entrevista televisiva que “la pobreza es la gran deuda y la gran grieta, todas las otras se van soldando, las elecciones la van a ir soldando, la otra necesita un esfuerzo muchísimo mayor, que complique a mucha más gente, que implique a más gente… Que dos tercios piensen, en su mayoría, que pueden prescindir de ese tercio (que vive debajo de la línea de pobreza), sí es un problema”, advirtió la dirigente política.
No siempre la situación fue tan dramática como en la actualidad, el docente y economista Luis Lafferriere comenta:
A mediados de los 70 teníamos indicadores muy bajos de pobreza que oscilaban el 3 % de la población. Para una sociedad con una economía capitalista dependiente como la Argentina era una situación que se acotaba más a zonas rurales y algunas provincias. Es decir, había estratos humildes pero no con niveles de pobreza como ahora.
¿Cuándo comienzan a aumentar esas cifras?
Empezó a aparecer desde la última dictadura militar en adelante, en cada década se iban perdiendo condiciones de vida. Si hacemos una comparación en promedio, en los 80´ los niveles no eran tan altos, pero sí en relación con los 70´, lo mismo sucedió en los 90´. Durante lo que va de este siglo, no en comparación con el 2001, sino con los 90´, sigue siendo mucho más alta.
El docente explica que no existe una sola definición de pobreza, aunque la más utilizada es la de pobreza por ingreso, es decir, cuánto necesita una familia desde alimentación, educación, salud, vivienda, esparcimiento y qué costo tienen en el mercado. Si una persona cobra menos de lo que cuesta todo eso, se encuentra en situación de pobreza. Aunque Lafferriere cree necesario aclarar: “El tema es quién analiza el precio del mercado del conjunto de las necesidades, porque puede haber un sistema estadístico que, para ocultar la inflación, hace ver que los precios son muchos más bajos de lo que realmente son.”
Apostado sobre la puerta de la casa de Griselda, en Anacleto Medina, está el Gauchito Gil, aquél santo pagano no reconocido por la Iglesia Católica; arriba, como si fuese un indicio de lo que se necesita en la zona, un cuadro de San Cayetano llama la atención a quien ingresa a la vivienda. El patrono del pan y el trabajo custodia y cumple una parte de su función: el alimento por ahora está. El trabajo, en cambio, escasea. Griselda, que empezó brindando la copa de leche luego de conmoverse con un joven que revisaba la basura junto con su bebé, se la rebusca haciendo almohadones y cobertores, incluso destinó fondos propios para comprar la leche más de una vez. Con claridad, ella sabe cuál es la salida y comenta:
El problema es que no hay trabajo, por más que sepas hacer de todo, no encontrás. Si tu papá y tu mamá tienen trabajo, en tu casa no te va a faltar un plato de comida o una taza de leche. Hay que pensar que nadie caminaría 10 o 15 cuadras para tomar una chocolatada si no la necesitara. Me gustaría que este gobierno mejore la situación en relación al empleo y ahí se van a notar cambios. Yo tengo secundario completo y acá estoy, cosiendo almohadones y colchas. A veces ni con estudiar alcanza.
En relación a la problemática del desempleo en el contexto económico actual, Lafferriere menciona:
El Neoliberalismo no genera mayor empleo, como sí lo hacía la industria en los 70´, que en el sector automotriz, fabricaba un auto con un 80% de componentes hechos acá y un 20 % de elementos importados, hoy prácticamente es a la inversa y se requiere menos mano de obra. Cuando los sectores de la economía no generan empleo productivo, el Estado tiene que cubrir las falencias, como ocurrió desde el 2010 en adelante, donde el crecimiento del empleo privado no avanzó y empezó a crecer el empleo en el sector público en todos los niveles gubernamentales. Esto, en conjunto con los subsidios clientelares, hace que quienes se encuentren en esa situación y no alcancen a satisfacer sus necesidades, estén en una situación de pobreza estructural.
El panorama no es muy alentador ¿no?
Va quedando cada vez mayor gente afuera y se necesitan menos trabajadores. Hoy se habla de que con un 2% de la población económicamente activa alcanza porque está todo automatizado. Esas nuevas tecnologías podrían usarlas para decir: “Trabajamos mucho menos, trabajamos todos y nos queda más tiempo libre a todos”, esto no ocurre. No hay otra alternativa que salir de este sistema, algunos dicen que es algo utópico, más utópico es creer que este sistema, con la muestra que está dando, va a resolver todos nuestros problemas.
Griselda Álvarez junto a su mamá Carmen, su hijo Alan y su sobrina Ludmila, brinda la copa de leche en el barrio Anacleto Medina de lunes a viernes a las 17:30.
La educación como herramienta de cambio
Para los integrantes del equipo de trabajo de la UCA, además de económico, el cambio debe ser cultural. “Creo que habría un factor cultural y de lazos sociales, es decir cómo conformamos esos lazos que están débiles. Por ejemplo, hoy un padre casi que no puede ponerle límites a los chicos, entonces si no tienen ganas de ir a la escuela no van, pero si vos sos padre, tenés que mandarlo igual a la escuela, porque es lo correcto. Y en relación a los lazos también entra en cuestión el embarazo adolescente, los jóvenes que se convierten en padres o madres, acá también hay una cuestión cultural detrás porque en eso sí sabemos que el Estado abasteció de todos los sistemas anticonceptivos, hubo campañas, hubo sensibilización, concientización, salud. Hay entonces un problema cultural, hay un bajo nivel educativo en la mayoría de la población” sostiene Silvia Montaño.
Hacia la educación, precisamente, apunta la gente de Suma de Voluntades. “La educación es todo, porque influye en cómo te parás ante la vida. Y nosotros nos encontramos con chicos de 10 u 11 años que prácticamente no saben leer y escribir, pese a que están escolarizados. Humildemente, tratamos de ayudar para nivelar para arriba. Hoy la educación está organizada como negocio y si no tenés para pagar, tenés una educación de poca calidad. Y no tiene que ver con la capacidad o dedicación de los docentes. Pero hay un desfasaje y hay gente que tiene que hacer cosas, que no las está haciendo”, afirma Antonella Albornoz.
Para gente de la ONG, el desempeño de los responsables del diseño y ejecución de las políticas públicas deja mucho que desear. “Debería haber una mesa de trabajo con gente de Municipio, Provincia y Nación” dice Albornoz. Luego de participar de experiencias de trabajo con el Estado y otras organizaciones, se sorprendieron al constatar que algunos funcionarios ni siquiera sabían de la existencia de las familias del volcadero municipal. “Hablábamos y parecía que nos estábamos refiriendo a África. Y es una situación que se da a 17 cuadras de la peatonal. Para cualquier proyecto es importante tener un conocimiento profundo de la realidad, para no diseñar programas que no tengan nada que ver con las personas a las que van dirigidos. Pero cuestiones de la política hace que a veces las personas se peleen entre ellas y no escuchen la palabra de las ONG que trabajan en el territorio”, explica. Se lamenta también, porque de una gestión a otra se borran de un “plumazo” proyectos y programas: “Se desaprovecha tanto potencial, tantos recursos”.
Los investigadores de la UCA tienen una visión similar sobre las falencias del abordaje estatal del problema de la pobreza. Cuando se le consulta a César Sione si tienen diálogo con funcionarios del Estado provincial o municipal, afirma que tratan de mantener el perfil independiente en la elaboración de información, debido a la manipulación de los datos estadísticos oficiales, que son de público conocimiento. “Nosotros tratamos de hablar con los protagonistas, ya sea Barriletes, el Hospital San Martín, con los sacerdotes, con fundaciones como Petropack, porque si vas al Estado y entrevistás a un funcionario, la información que te dan no coincide con la realidad, no la aceptan. Creo que la política es el arte de lo posible; nosotros hacemos un aporte, pero pienso que la toma de decisión y la salida con política están en los cerebros de quienes ejercen los cargos”.
La situación de la pobreza necesita de la participación de la sociedad en conjunto si es que se pretende un cambio cultural. Ser indiferentes no es una actitud menos cruel que ser responsable directo. Un acto para revalorizar es la de quienes sostienen la educación pública. El ex presidente uruguayo José Mujica dijo que: “Un pueblo educado tiene las mejores opciones en la vida y es muy difícil que lo engañen los corruptos y los mentirosos”. Creemos necesario involucrarnos en defensa de la educación pública, en lugar de cuestionar a trabajadores que reclaman por tener mejores condiciones de trabajo y un salario digno, desconociendo que en sus actos están enseñando a los chicos a luchar por sus derechos. Uno de los caminos para sentar las bases de una mejor calidad de vida de la mayoría de la población, es a través de la educación.
Los chicos terminan de jugar a la pelota en el potrero de calle Galán al final, sus mamás ya pasaron por el ropero solidario, que está en el patio de la casa de Griselda Álvarez, para tomar alguna prenda que necesitaban o les gustaba. Se hace tarde y el frío se empieza a sentir. Es por eso que Griselda, secundada por su familia, ya puso la leche que sobró en las botellas. Cada uno toma la que le corresponde y comienza a escalar la cuesta de espaldas al imponente río Paraná. Esta noche habrá leche al menos. En un año electoral Griselda sabe que es muy posible que por su casa aparezcan algunos dirigentes políticos; sincera y con honestidad brutal sentencia: “Si quieren venir a estar con los chicos y colaborar con la leche o comida como tantas personas hacen desinteresadamente, los espero. Ahora sí, que no vengan para la foto”.
(*) Estudiantes de la carrera de la Licenciatura de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER

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